Preciosa María, tu belleza enamoro a Dios...
Tu Grandeza, se basa en la humildad, en tu sencillez...
Dijiste sí, y no preguntaste el por qué..
Ofreciste toda tu vida al pie de la cruz, y el Señor te ha puesto sobre todas las mujeres...
ahora cantamos tu belleza, pues a pesar del daño que te hicimos, al crucificar a tu hijo, Tú seguiste diciendo: Sí, aquí estoy Señor, e aquí tu esclava, cuidare de los hijos que me regalas...
¡Oh, Virgen Gloriosa y Bendita!
la corona eterna ha sido tu premio...
y Junto a Ti, hemos ganado también nosotros... hemos ganado tu amor de Madre...
¡Gloriosa, siempre Virgen María, Danos el Remedio, que necesitamos!
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